El 27 de Diciembre de 1915 naufragó el el Mariano Benlliure y perecieron los 45 tripulantes, casi todos eran valencianos, algunos de La Vila Joiosa.


Investigación histórica de hechos y personajes relevantes en el mundo de la náutica en la Vila Joiosa (Alacant).
El 27 de Diciembre de 1915 naufragó el el Mariano Benlliure y perecieron los 45 tripulantes, casi todos eran valencianos, algunos de La Vila Joiosa.


Científicos de la Corte. Nuestro ánimo se concreta a bosquejar el triste cuadro que se nos presenta hoy al contemplar las desiertas playas de nuestra Villa y compararlas con la década del año 60 a 70 que según los datos estadísticos que nos hemos podido proporcionar, es el período más próspero de cuantos han transcurrido para esta marina. Tenemos a la vista varias poesía inéditas inspiradas en las épocas a que nos referimos que manifiestan claramente el grado de riqueza y satisfacción que gozaban esta agrupación de hijos del trabajo, fieles siempre al noble sentido patrio. Veíanse por los años 62 a 65 los astilleros sosteniendo las quillas del San Antonio de 160 toneladas, a la Joven Mariana de 112 , a la trinidad de 171 , Buenaventura de 38, Paquete de Terranova 220, y sucesivamente las Mercedes y Resolución de 191 y 67. Con estos datos se demuestra que esta playa que apenas cuenta hoy con un número de calafates y carpinteros de riberas sufi
cientes para construir una embarcación de pesca se hallaba dotada de más de cien individuos de maestranza cuyos podían realizar sus conocimientos prácticos y teóricos del oficio, en las grandes corporaciones establecidas en los grandes astilleros de España; sin embargo se han visto obligados paulatinamente llevando imprimidas en el alma las huellas del dolor que proporciona una forzosa emigración a incorporarse en los Arsenales del gobierno para librarse de los rigores de la miseria. Veíanse en nuestra rada , multitud de embarcaciones con cargamento de madera de construcción, perchería, hierro y artefactos propios para equipar un buque. Veíanse multitud de almacenes abiertos al comercio que daban vida con sus operaciones a nuestros braceros, de los cuales contábanse muchos marineros, que con el fin de no atrasarse durante el tiempo que permanecía el buque de que formaba parte trabajaba lucrado lo suficiente para atender a las precisas necesidades de su familia , de lo cual sentíase orgulloso y satisfecho. Veíanse talleres por doquier de herrería, carpintería, ebanistería, obradores de velas, telares de cotonias y otros que dan a conocer la primera vista el estado feliz y prospero de un pueblo cuyas únicas riquezas se encierran en el trabajo, y de todo aquello, aunque el relato nos cause honda pena, solo quedan fragmentos inservibles de algún casco esparcido por la silenciosa playa, como recuerdo latente de nuestro pasado. Hoy al fijarnos en las pocas embarcaciones que al arte de la pesca se dedican, tenemos que lamente el que la mayor parte de los hombre que las tripulan, desconocen por completo el arte marinero, en perjuicio de su personalidad y de los intereses que manejan, obedeciendo todo esto a la fatal emigración que se advierte a medida que se estinguen los pocos elementos de vida que le restan a la marina. En corroboración a lo expuesto fijemos la vista en el censo de la población y encontraremos una baja comparativa de habitantes, muy superior a lo que podamos imaginar. Pocos son los pueblos que en esta última década tenga que lamentar tal descenso y por sensible que nos sea , no vemos aptitud para contener los efectos que producen la causa de nuestros males. Un medio tan solo encontramos factible para que nuestro pueblo recupere su prosperidad y grandeza: un Puerto. Difícil es a primera vista en remedio, pero los grandes acontecimientos de nuestro siglo, nos vienen a demostrar a que de querer, es poder. Torrevieja viene en este momento en nuestra ayuda; ese notable pueblo azotado mil veces por sus pésimas condiciones que concurren en su rada, después de haber solicitado otras tantas veces de todos los gobiernos la construcción de un Puerto, y desoídas que fueron las justas pretensiones, por último, el día 22 de los corrientes convócanse a una junta popular extraordinaria para hacer una cuestación a fin de reunir fondos para sufragar los gastos de la Comisión que ha de pasar a la corte a gestionar la realización del deseado proyecto, cuyos componentes han de reunir cu
atro condiciones, actividad, ilustración, amor al puerto e influencia. Hay que prescindir pues de afecciones, amistades, y escuelas; elegid a los que tengan condiciones y nosotros no dudamos que teniendo en cuenta la junta, tan esenciales puntos y no dejándose guiar como generalmente sucede por influencia y miras egoístas. Torrevieja conseguirá un éxito seguro. Imitemos nosotros a este pueblo, y no hay duda que en tiempos no lejanos veremos trasformada nuestra playa de hoy en un pueblo habilitado haciendo retornar al pueblo que les vio nacer a miles de personas que hoy enriquecen con sus trabajos artísticos, científicos y materiales en las más apartadas regiones.
Fotos 1 y 3 Punta del Alcocó antes de construirse el puerto .
Foto 2 Goleta fondeada y Puigcampana al fondo. Fotografía de Linares Ortiz


Perteneció Cristóbal a una generación de marinos testigos y protagonistas del ocaso de los grandes veleros y el florecimiento del vapor como medio de propulsión de los buques. Su abuelo , Juan Ferrándiz, experto marino que había navegado por todos los mares, debió ejercer una decisiva influencia en la decisión de Cristóbal de estudiar la carrera de náutica.
Terminada la carrera de náutica, en el año 1895 ingresó, como cuarto oficial, en la Compañía Trasatlántica, fundada por Antonio López y López, marqués de Comillas.
Participó en la guerra naval de 1898 contra los Estados Unidos, Como oficial del carbonero “Covadonga” , buque auxiliar de la escuadra del contraalmirante Cámara, de la que también formaba parte su tío José Ferrándiz Niño, que estaba al mando de una flotilla de destructores.
La Compañía Trasatlántica lo asciende a capitán en 1909 y entre otros, puso bajo su mando los vapores :Cataluña, Alfonso XII, Patricio de Satrustegui y finalmente el Reina Victoria Eugenia, “el canto de cisne de la Transatlántica” , este vapor fue encargado en 1911 a Swan Hunter & Wigham Richardson en Newcastle (Inglaterra), con un arqueo bruto de 15.400 toneladas, una eslora de 156 m. Fue botado el 26 de septiembre de 1912.
El Reina Victoria Eugenia era gemelo del Infanta Isabel de Borbón, destacaba por la calidad tecnológica y el lujo en primera clase, este buque estaba a la altura de las grandes compañías europeas, con sala de música, gimnasio y comedor estilo Luis XVI.
Transportó a importantes personalidades de la época, como el escritor argentino José Luis Borges y el cantante Carlos Gardel.
Tenía capacidad para 1,500 pasajeros y 300 tripulantes, supera los 19 nudos de velocidad con un consumo de 140 toneladas de carbón diarias. Efectuaba un viaje mensual, saliendo de Barcelona el día 4 de cada mes, de Málaga el 5 y de Cádiz el 7, para Tenerife, Montevideo y Buenos Aires. De vuelta de Buenos Aires los días 2 y de Montevideo el 3, para de Canarias, Cádiz y Barcelona.
Al mismo tiempo la Compañía expedía billetes de y para los puertos de Bilbao, Santander, Gijón, Coruña, Villagarcía y Vigo, verificando la combinación en Cádiz, con el vapor de servicio de enlace de la línea de Femando Poo.
La revista” vida Marítima” de 1.912 resume las características de este barco de la siguiente manera:
“…Los mecanismos auxiliares son completos y perfectos, mereciendo especial mención la central eléctrica, provista de maquinas generadoras, capaces de producir el triple de la fuerza necesaria y que suministrarán energía con gran largueza para todos los diversos servicios de a bordo, tales como luces, extractores de agua, ventiladores, ascensores para el pasaje, telegrafía sin hilos, red telefónica, etc. Todos los servicios de cubierta, referentes a la maniobra de anclas, lo mismo que los relativos a la carga y descarga de mercancías, funcionan silenciosamente, como las máquinas de que antes nos ocupábamos.
La distribución del local en estos nuevos trasatlánticos, por lo que concierne al pasaje, está perfectamente estudiada, bajo los puntos de vista higiénico y de confort y seguridad, cada barco lleva una primera clase, de lujo, que ocupa las cuatro cubiertas más altas, y cuyos camarotes poseen gran ventilación y luces naturales. Dispone además de numerosos camarotes distribuidos y divididos en varias categorías. Los de lujo comunican directamente con el hall; cada uno de sus departamentos contiene: un dormitorio o alcoba, sala, tocador, cuarto de baño y retrete, todos ellos amueblados con el mayor gusto y decorados con exquisito refinamiento y riqueza, llevan, por último, seis series de alojamientos, compuestos de alcoba y tocador, otro grupo de nueve camarotes preferentes y, en fin, 94, propios para una sola persona. Tanto los muebles, como la decoración de todos ellos, son de verdadera elegancia.


ona el día 4 de cada mes, de Málaga el 5 y de Cádiz el 7, para Tenerife, Montevideo y Buenos Aires. De vuelta sallan de Buenos Aires los días 2; y de Montevideo el 3,
Con la llegada de la II República, se le puso por nombre Argentina. Fue requisado para servir de prisión y durante la Guerra Civil Española de checa, bombardeado por la aviación franquista no llegó a naufragar y fue desguazado en 1945.
Volviendo con nuestro capitán Cristóbal Morales Ferrándiz , después de una brillante carrera en la Compañía Trasatlántica, en el año 1923 tenía planes para jubilarse. Por esas fechas se enamoró de una joven francesa, que escapó de su casa con la intención de casarse con el capitán Cristóbal Morales.
Ella le esperaba en el Hotel Ritz de Barcelona mientras su prometido zarpaba en Julio de 1923 rumbo a Montevideo, era su último viaje, pero en un sentido que no podía imaginar Cristóbal.
Durante la travesía, el día 9 de Julio, enfermó por una intoxicación alimentaria, que le produjeron unos langostinos. Fue atendido por el médico que había a bordo , Dr. González Brioso y mejoró de los síntomas durante algunos días , pero el día 13 recayó gravemente. Dándose cuenta de su situación pidió hacer testamento y el día 21 de julio, a las 9 de la mañana falleció de “mielitis aguda” en el Océano Atlántico, latitud 33º 32’ S longitud 50º53’ W. en mitad de un temporal.
Próxima la llegada a Montevideo, que se produjo a las 17 horas del 22 de julio, los médicos, asistidos por el personal sanitario procedieron al embalsamamiento del cadáver.
Barcelona, en la tarde del 21 de Agosto de 1923, recibe al Reina Victoria Eugenia, llevando a media asta las banderas en señal de duelo por el fallecido capitán.
Con los honores que le correspondían,el cadáver fue desembarcado y conducido a la estación de Francia (Barcelona) desde donde viajó en tren hasta Alicante para, finalmente, ser trasladado hasta el cementerio de la Vila Joiosa donde descansa en el panteón familiar junto a su padre y otros familiares.
Parece que por un telegrama su prometida conoce el fallecimiento de Cristóbal Morales, la noticia la deja sumida en el dolor, su vida ya no tiene sentido y decide ponerle fin lanzándose desde el balcón del Hotel Ritz.
Agradecimientos:
La parte más humana de esta historia me la contaron los descendientes Cristóbal Morales, suyas son también las fotos personales, que las han conservado todos estos años.
A Vilamuseu por el magnífico trabajo de restauración de las fotografías conservadas por la familia.
A Vilamuseu
A Vicente Sanahuja, “webmaster” del Blog “Vida Marítima” investigador de nuestra historia náutica.
A Museu Marítim de Barcelona, por la información sobre la trayectoria profesional.



